Humedécete, anda.
Llueve alegre, corre.
Ya no te encojas más.
Al placer libre, sagaz...
Cual siervo entrégate.
Sofócate, no temas.
Llora de alegría.
Sé flexible ante él
Que esclavo libera
Y amo -sin miedo- falla
Gustoso ante ella.
Cantarina que ríes,
Dime tú ¿cómo cantas...?
¿...a la caricia suya?
Acompaña el ritmo.
Uno, dos y tres. Silencio.
Llamarada, luz blanca.
Luz cálida, amarilla.
Temblor: Acude pronto.
Libera, libérate.
Rindámonos sublimes.
Ahora que sonríes,
Guiñe entre las telas
Mientras suspiras breve.
Que el reloj suene, sucio.
Déjalo empolvarse.
Él nos espía quieto.
Obediente testigo.
Tic-toc, susurra. Tic-toc.
Intenta callarnos.
Ignóralo sin pensar.
Mejor oye el latir.
El compás esculpido
Entre las dos pieles.
Duras y siempre lisas.
Entrelazadas bailan
Entre esa música.
Gimiendo aquel dolor,
Que no lastima nada.
Sangrando lluvia clara.
Brisa indivisible
Que no limita nadie.
Llénanos de rocío.
Hoy llama inocente
Al clima que añora
Su voz, su piel callosa.
Lo profundo, su sombra.
La línea marcada.
Su corazón, el tuyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario